Antonio Díaz-Miguel inició el desarrollo de sus Campus de Baloncesto en el año 1992 en Madrid en el Colegio SEK y en Getafe, eran campus de baloncesto para jugadores externos en los que Antonio comenzaba a inculcar su filosofía. Se siguieron haciendo en los años 1993 y 1994.
Posteriormente, en 1994 se celebró el primer Campus en Mallorca en Playa de Muro, ya con Gonzalo Guirao como ayudante de Antonio.
En 1994, Fernando Marcote, un apasionado de la educación y del deporte, se pone en contacto con Antonio Díaz Miguel para transmitirle su idea e intención de hacer un campus de baloncesto en las instalaciones del Colegio Cemar en Mondariz. A Antonio le gusta el proyecto y surge un proyecto que durará hasta el día de hoy. En la primera edición del Campus Antonio Díaz-Miguel en CEMAR, que se celebró entre el 16 y 23 de julio, participaron personas como Javier Torres, Almudena Díaz-Miguel o Gonzalo Guirao, su mano derecha.
Al año siguiente, Antonio involucra a Pepe Casal, amigo desde la época del Equipo Nacional (como a él le gustaba llamar a la Selección Española) que incorpora a Cristino Menor como entrenador en el Campus y que abrirá la puerta en la siguiente edición a entrenadores como Darío Méndez, Jaime Timiraos o Cristina Suárez, a los que se le sumaron posteriormente Rubén Domínguez o Yago Casal.
En los Campus, Antonio preparaba meticulosamente de su puño y letra el entrenamiento de cada grupo (iniciación, mejora y perfeccionamiento) y hacía un seguimiento personalizado de cada jugador, para un mejor rendimiento y mejora de cada uno de ellos.
En los años 98 y 99, Antonio Díaz-Miguel suscribió un convenio con la Diputación de Ciudad Real por la que el Campus tendría dos turnos, uno para estos jugadores y otro para el resto.
En el año 2000, fallece Antonio Díaz-Miguel por lo que su familia, Fernando Romay y Pepe Casal, recogen el testigo de su legado y siguen desarrollando el Campus bajo la dirección de los mismos y con Cristino Menor como Jefe de Campus. Esta estructura se mantiene hasta hoy, con la inquietud y el deseo de mantener los valores que desarrolló Antonio Díaz-Miguel y que inculcó a un grupo de trabajo que los sigue desarrollando hoy en día. [:]